La adolescencia es una de las etapas del ciclo del desarrollo donde una persona experimenta grandes cambios a nivel físico, cognitivo y socioemocional. Durante esta etapa se forja la personalidad y se desarrolla el razonamiento, por ello suele ser un etapa caótica y llena de preguntas, en la que los adolescentes cuestionan a los adultos y los límites que éstos ponen. Este proceso es sano y es un indicativo de que la adolescencia se está desarrollando de forma adecuada, aunque en ocaciones a muchos de estos adolescentes les resulta una etapa mucho más complicada.

La psicología para adolescentes se recomienda cuando observamos cambios importantes en su actitud, puesto que es vital identificar posibles problemas que pueden desembocar en enfermedades que deben ser tratadas.


¿En qué consiste la terapia psicológica en adolescentes?

El objetivo de la terapia es ayudar al adolescente a que recupere o reestablezca su bienestar.

Durante la intervención psicológica, los adolescentes reciben apoyo emocional para que sean capaces de resolver conflictos con otras personas, entender sus propios problemas y emociones, así como generar nuevas respuestas ante sus conflictos internos.

Por un lado, la intervención puede ser específica, centrada en cambios en el comportamiento o mejora de las relaciones con los amigos o con la familia, y también  puede llevarse a cabo desde un abordaje más generalizado, para reducir la ansiedad o bien fomentar la autoestima.

La duración de la intervención depende de la complejidad y gravedad de la situación del adolescente (será valorada por el profesional en todo momento).


¿Qué temas trabajar en terapia con adolescentes?

Autoestima y autoimagen para construir una identidad sólida y una autoestima positiva.

Salud mental  tal como ansiedad, depresión o trastornos alimenticios.

Presión de grupo y toma de decisiones para enfrentar presiones grupales que pueden no ser de su interés.

Relaciones interpersonales entre iguales, familia o pareja.

Problemas académicos y de rendimiento que pueden ser una fuente significativa de estrés